martes, 15 de noviembre de 2011

Carpe diem








"A la hora de ocultar sus problemas, Tommy Wilhelm era tan capaz como cualquiera. Al menos eso pensaba, y le sobraban argumentos para demostrarlo. En tiempos había sido actor –bueno, figurante, más bien- y sabía lo que era hacer comedia. Además, iba fumando un puro, y cuando uno fuma puros y lleva sombrero, juega con ventaja: es más difícil adivinar lo que siente. Bajó desde el piso veintitrés hasta el vestíbulo para recoger el correo antes de desayunar, y creía –esperaba- ofrecer un aspecto medianamente presentable: como si le fuera muy bien. Sólo era cuestión de esperanza…"

Saul Bellow (Carpe diem)